lunes, 30 de abril de 2012

LA POLICIA DEL PENSAMIENTO





“Dentro de tí no pueden entrar nunca”, le había dicho Julia. Pues sí, podían penetrar en uno.


A través de la historia muchas personas de poder han creído que parte de ese poder está asociado a la concentración de informaciones a las que tienen acceso. Basta con recordar los casos en Francia, del Cardenal Richelieu y de Fouché; en Alemania, de Hitler; en la antigua URSS, de Stalin y aquí en la República Dominicana, de Trujillo.

La literatura universal es rica en obras que tratan el tema de la información como fuente de poder y por ende como control de la expresión o manifestación del pensamiento y de las ideas.

Entre esas obras quiero brevemente comentarles la escrita por el inglés George Orwell, seudónimo de Eric Arthur Blair, nacido en 1903, de quien Carmen Laforet, en la solapa de una de sus ediciones, nos dice que “Pueden contarse con los dedos de la mano los escritores que han logrado que su apellido se use como adjetivo en la vida diaria. Contemplamos escenas dantescas, quedamos envueltos en situaciones kafkianas, asistimos a gestas de resonancias homéricas, nos sobresaltan reminiscencias proustianas y, durante varias décadas, fue moneda corriente para millones de personas vivir, o temer viviendo, en una sociedad orwelliana”.

Orwell publicó en el año 1949 la novela "1984", de quien la misma Carmen Laforet nos dice que es una ficción distópica (la pesadilla humana y política de una sociedad donde todo, incluido el pensamiento, ha quedado bajo control del poder) que se ha inoculado en el imaginario popular y pervive a través de series, películas, carteles, programas de televisión y parodias.

En dicha novela “1984” su autor nos retrata a una sociedad donde el sistema de espionaje es tan efectivo que hasta el pensamiento se encuentra sometido al control del Poder, pues se sanciona el crimen de la mente a través de un tipo penal denominado el crimental, que más que conllevar la muerte, es la muerte misma. A esos fines se utiliza un sistema electrónico conocido como la telepantalla, que recibía y transmitía simultáneamente. Cualquier sonido que se hiciera superior a un susurro, era captado por el aparato, y mientras se permaneciera dentro de su radio de visión, podía ser visto a la vez que oído, sin que uno supiera si lo estaban escuchando o viendo.

El espionaje funcionaba a la perfección. El amor puro era considerado un acto político. En los viejos tiempos un hombre miraba el cuerpo de una muchacha y veía que era deseable y aquí se acababa la historia. Pero ahora no se podía sentir amor puro o deseo puro. Ninguna emoción era pura porque todo estaba mezclado con el miedo y el odio.

En cuanto a la familia se había convertido en una ampliación de la Policía del Pensamiento, pues constituía un recurso por medio del cual todos se hallaban rodeados noche y día por delatores que les conocían íntimamente. Sobre este punto es conveniente reseñar cuando Winston Smith, el protagonista de la novela, le pregunta a Parson, ¿quién te denunció? y éste le contesta, “fue mi niña”, dijo Parson con orgullo dolido. “Estaba escuchando por el agujero de la cerradura. Me oyó decir aquello y llamó a la patrulla al día siguiente. No se le puede pedir más lealtad política a una niña de siete años. No le guardo ningún rencor. Al decir verdad es que estoy orgulloso de ella, pues lo que hizo demuestra que la he educado muy bien”.

Constituía un peligro inmenso pensar mientras se estaba en un sitio público o al alcance de la telepantalla. El detalle más pequeño podía traicionarle a uno. Un tic nervioso, una inconsciente mirada de inquietud, la costumbre de hablar con uno mismo entre dientes, todo lo que revelase la necesidad de ocultar algo. Lo mismo ocurría cuando se llevaba en el rostro una expresión impropia, por ejemplo, parecer incrédulo cuando se anunciaba una victoria, pues ésto constituía un delito; delito que se conocía con el nombre de “caracrimen”. Para esos fines existía la denominada Policía del Pensamiento.

No se discute la libertad que tiene cada uno de pensar lo que quiera o lo que se desea; sobre cualquier persona o tema. Es la denominada libertad de pensamiento. El problema surge a partir del momento en que ese pensamiento se exterioriza; que se expresa, es lo que se conoce como expresión del pensamiento.

Una de las grandes conquistas del ser humano ha sido la libertad de expresión y difusión del pensamiento y de sus ideas, pues nos permite no solamente pensar libremente sin ninguna reprimenda que  no sea la de nuestra propia conciencia, sino también manifestarla sin temor  a sanción por parte de quien se sienta aludido.

La prensa es un medio de expresión y difusión del pensamiento; de ahí que se asocia la libertad del pensamiento con la libertad de prensa.

Ese derecho en la República Dominicana de nuestros tiempos se encuentra consagrado tanto en acuerdos o convenciones internacionales de los cuales como país somos signatarios, como en  la propia Constitución de la República y leyes adjetivas. Tal es el caso de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que en su artículo 19 dice: "Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y de recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión."  Así como de la "Convención Americana sobre Derechos Humanos" o "Pacto de San Jose", de 1969, que en su artículo 13 dispone: Libertad de pensamiento y de expresión.
1. Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideraciones de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección y gusto

2. El ejercicio del derecho previsto en el inciso precedente no puede estar sujeto a previa censura, sino a responsabilidades ulteriores, las que deben estar expresamente fijadas por la ley y ser necesarias para asegurar:
a) El respeto a los derechos o la reputación de los demás, o
b) La protección de la seguridad nacional, el orden público o la salud o la moral públicas.

3. No se puede restringir el derecho de expresión por vías o medios indirectos, tales como el abuso de controles oficiales o particulares de papel para periódicos, de frecuencias radioeléctricas o de enseres y aparatos usados en la difusión de información o por otros medios encaminados a impedir la comunicación y la circulación de ideas y opiniones.

4. Los espectáculos públicos pueden ser sometidos por la ley a censura previa con el exclusivo objeto de regular el acceso a ellos para la protección moral de la infancia y la adolescencia, sin perjuicio de lo establecido en el inciso 2.

5. Estará prohibida por la ley toda propaganda en favor de la guerra y toda apología del odio nacional, racial o religioso que constituyan incitaciones a la violencia o cualquier otra acción ilegal similar contra cualquier persona o grupo de personas, por ningún motivo, inclusive los de raza, color, religión u origen nacional.

Por su parte la Constitución de la República dispone en su artículo 49 la libertad de expresión e información. Toda persona tiene derecho a expresar libremente sus pensamientos, ideas y opiniones, por cualquier medio, sin que pueda establecerse censura previa.

1) Toda persona tiene derecho a la información. Este derecho comprende buscar, investigar, recibir y difundir información de todo tipo, de carácter público, por cualquier medio, canal o vía, conforme determinan la Constitución y la ley;

2) Todos los medios de información tienen libre acceso a las fuentes noticiosas oficiales y privadas de interés público, de conformidad con la ley;

3) El secreto profesional y la cláusula de conciencia del periodista están protegidos por la Constitución y la ley;

4) Toda persona tiene derecho a la réplica y rectificación cuando se sienta lesionada por informaciones difundidas. Este derecho se ejercerá de conformidad con la ley;

5) La ley garantiza el acceso equitativo y plural de todos los sectores sociales y políticos a los medios de comunicación propiedad del Estado.
Párrafo.- El disfrute de estas libertades se ejercerá respetando el derecho al honor, a la intimidad, así como a la dignidad y la moral de las personas, en especial la protección de la juventud y de la infancia, de conformidad con la ley y el orden público.

Efectivamente, ha sido una gran conquista el poder expresar libremente nuestro pensamiento, aunque no siempre lo que decimos sea del agrado de todos, pero la Constitución y las leyes nos protegen.

Quiera Dios que en nuestro país nunca se instaure una Policía del Pensamiento, porque muchos serían los perseguidos e imputados, pues como ocurre siempre, pensamos en silencio más de lo que expresamos con palabras o gestos. 

domingo, 22 de abril de 2012

LA PACIENCIA DE JOB



Muchas veces el éxito en la vida está en la capacidad que se tiene de esperar. El mango que se madura con el paso del tiempo es más sabroso que el que se madura artificialmente con carburo.






Hoy deseo abordar un tema que desde el origen de la humanidad ha sido objeto de grandes preocupaciones y que de una u otra manera de repente nos asalta, lacerando nuestro espíritu y cubriéndonos con la sombra de la angustia. Me refiero a la impaciencia derivada de las adversidades que sufrimos  en nuestra vida, para la cual el único antídoto existente es la paciencia.

Para mí la paciencia no solamente es la capacidad que tenemos de esperar, sino además, paciencia es la capacidad de tener la esperanza de que se produzca el acontecimiento deseado o esperado que ponga término a nuestras adversidades.

De las personas que están en  contacto directo con la naturaleza tienen mucho que aprender aquellos que solamente recuerdan su existencia cuando las condiciones climatológicas  no les son favorables. Un ejemplo lo encontramos en el hombre del campo, que por más esfuerzo que haga en aras de que sus cosechas se adelanten, quizás para aprovechar los buenos precios que determinados productos puedan tener en el mercado  en un momento dado, el ciclo de producción establecido por la naturaleza no puede romperse en su provecho. Tienen paciencia y se sobreponen a las adversidades.

Como ejemplo de paciencia e integridad contra las adversidades siempre tomamos como ejemplo al personaje bíblico Job. No voy a referirme al Job de que nos habla José Saramago en su obra Caín y a quien el autor le atribuye ser dueño de “siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas juntas de bueyes y quinientas burras” y que sufriera en persona y bienes todas las calamidades.

Prefiero recurrir a la versión que nos ofrece el ex presidente del Tribunal Supremo de Justicia de Puerto Rico, José Trías Monge, quien en un discurso de graduación ante el Centro Caribeño de Estudios Postgraduados, pronunciado el 30 de mayo de 1982, textualmente nos dice:

“La Biblia relata que “Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal”. (Job 1, 1) Job poseía una vasta hacienda y vivía feliz con su esposa y numerosos hijos. Un día Satanás le dijo a Jehová, quien le había hablado de las bondades de su siervo Job:

“…Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra.
“Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia.” (Job 1, 10-11).

Y llovieron sobre Job calamidades. Todos sus bienes de fortuna le fueron arrebatados. Perecieron sus siete hijos y tres hijas. Y Job rasgó su manto, rasuró su cabeza, se postró en tierra y dijo:

“…Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.” (JOB 1, 20).

Y Satanás le expresó a Jehová:

“…Piel por piel, todo lo que el hombre tiene dará por su vida. “Pero extiende ahora tu mano, y toca su hueso y su carne, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia.” (JOB 2, 4-5).

Y Jehová permitió que Satanás hiriera a Job con una enfermedad maligna, aunque no mortal. Y grande fue la desventura de Job, ancho su desaliento, honda su incomprensión, viva su queja. Más al cabo Job comprendió y dijo a Jehová:

“Yo conozco que todo lo puedes,
Y que no hay pensamiento que se esconda de ti.
¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento?
Por tanto, yo hablaba lo que no entendía;
Cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía.
Oye, te ruego, y hablaré;
Te preguntaré, y tú me enseñarás.
De oídas te había oído;
Más ahora mis ojos te ven.
Por tanto, me aborrezco,
Y me arrepiento en polvo y ceniza.” (Job 42, 2-6).

Y Jehová libró a Job de sus aflicciones, restauró y duplicó su antigua prosperidad, le dio nuevos hijos, bendijo su nuevo estado.

La historia de Job repercute a través de los siglos. La adversidad acecha a los seres humanos y a los pueblos. ¿Nos asistirán la paciencia y la integridad de Job?”.

Finalmente, de la experiencia de Job quiero llamar la atención en el sentido de que no solamente tuvo paciencia y con su integridad se impuso a todas las adversidades, sino que nos enseña el compromiso que se asume cuando se empeña la palabra. Job le juró lealtad a Dios, y hasta el final lo cumplió.

domingo, 15 de abril de 2012

MIENTRAS MÁS TECNOLÓGICAMENTE NOS ACERCAMOS, MÁS PERSONALMENTE NOS ALEJAMOS


“Para eso están los sitios, para conversar” 
(Antiguo anuncio de una telefónica local)


Una de las obras más famosas de la literatura universal lo es  sin lugar a dudas Romeo y Julieta, escrita, como es de general conocimiento, por William Shakespeare, publicada por primera vez en el año 1597 y traducida a diferentes idiomas y dialectos, así como llevada a la pantalla gigante en diferentes versiones,  épocas y actores.

Como se recordará, en dicha obra fray Lorenzo y Julieta preparan un plan consistente en simular la muerte de ella, con la finalidad de evitar que contrajera matrimonio por imposición de sus padres con el conde Paris, expresándole el fray: “Ah, Julieta, conozco ya tu dolor. Me atormenta más allá del alcance de mis sesos: he oído que, sin que nada pueda aplazarlo, debes casarte el próximo jueves con ese Conde”. La estrategia urdida por ambos no dio resultado en razón de que el mensajero que fray Lorenzo había encomendado para entregar una carta a Romeo, quien se encontraba exiliado en Mantua, poniéndole al tanto de los planes, había sido detenido, no llegando nunca la carta a su destinatario, y los resultados todos lo conocemos: la muerte de Romeo y la muerte de Julieta. De haber llegado esa comunicación a conocimiento de Romeo, la historia habría sido otra y no tendríamos Romeo y Julieta. En nuestra época actual de la comunicación virtual le hubiera bastado a fray Lorenzo enviarle a Romeo un mensaje electrónico sobre los planes trazados.

Traigo a colación esa obra como una introducción para compartir con ustedes la importancia que desde el origen de la humanidad tienen los medios de comunicación y principalmente las telecomunicaciones, es decir la comunicación a distancia: desde las señales de humo hasta el internet.

Johan Goudsblom en su libro Fuego y Civilización, citado por Peter Watson, dice que el dominio del fuego fue causante de la primera transformación de la vida humana. Desde entonces el hombre primitivo dejó de ser un depredador: controlar el fuego le permitió atrapar animales y roturar la tierra. Sin ello la agricultura, la segunda gran transformación, no habría sido posible. El dominio del fuego también hizo posible cocinar los alimentos, algo que distingue al hombre de los animales y que quizá pueda ser considerado el origen de la ciencia. El humo puede haber servido además como primera forma de comunicación a larga distancia.

El humo no fue el único medio utilizado por el ser humano para comunicarse. El sonido de los palos, el tambor, la arcilla, las caracolas, el papiro, el papel, el telégrafo, así como todos los medios que las nuevas  tecnologías ponen a nuestro alcance han sido usados con los mismos fines.

Es nuestro interés, y con esto contribuir a la divulgación de la existencia de un extraordinario y moderno museo dominicano, denominado Centro Cultural de las Telecomunicaciones, el cual se encuentra abierto en la calle Isabel la Católica, en el antiguo edificio de Telecomunicaciones, de esta ciudad, donde se puede apreciar la evolución de las telecomunicaciones del ser humano. Nadie puede describir con mayores detalles  esa evolución que la muestra que nos ofrece ese museo. Seríamos necios sí insistiéramos en describir su evolución. Con su visita muchos añorarían las épocas de los radios de tubos y su paso hacia los transistores; las viejas cámaras de televisión; los antiguos celulares y computadoras. Pero sobre todas las cosas un instrumento que llenó toda una época y que era considerado como la máxima expresión de las telecomunicaciones, como eran los denominados “bípers”, en sus versiones numéricos y alfanuméricos. Muchos de ellos cómplices mudos de declaraciones de amor y desamor.

El mundo ha cambiado demasiado, tal como nos dice Jeff Jarvis: “Ahora Internet nos permite al mundo, organizarnos a nosotros mismos, encontrar y difundir información, desafiar la vieja manera de hacer las cosas, retomar el control”.  El mismo Jarvis nos dice que Internet es un espacio tridimensional de enlaces recíprocos cuyo valor se multiplica con el uso y el tiempo, y que Google es el principal agente de esta creación de valor.

La Declaración de Independencia del Ciberespacio de John Perry Barlow, fundador de la Electronic Frontier Foundation, de 1999, dice: “Gobiernos del mundo industrial, cansados gigantes de carne y acero, vengo del Ciberespacio, el nuevo hogar de la Mente. En nombre del futuro, le pido que en el pasado, nos dejéis en paz. No sois bienvenidos entre nosotros. Usted no tiene soberanía donde nos reunimos”.

El arriba citado Jeff Jarvis  nos dice que hoy vivimos y trabajamos en casa y oficinas de cristal y esto no tiene por qué ser necesariamente negativo. Lo público tiene que ver con algo más que con tener una página web. Está relacionado con actuar públicamente para que todo el mundo pueda ver qué estás haciendo y reaccionar a ello, hacer sugerencias y decírselo a sus amigos. Vivir en público hoy es una cuestión de interés propio bien entendido. Necesitas ser público para ser encontrado. Cada vez que decides no hacer algo público, creas el riesgo de que tu cliente no te encuentre o no confíe en ti porque tú puedas estar guardando secretos. Ese ser público es también una ética. Cuando más públicos eres, más fácilmente te encontrarán y más oportunidades tendrás.

El periódico Hoy, en su edición correspondiente al 9 de abril del corriente, en un despacho de la agencia Efe, con la firma de Carmen de Águeda, nos trae la información de que directores de comunicaciones de compañías como Iberia, fundadores de páginas de éxito como Menéame, presentadores de televisión y escritores de reunieron hace unos días en Burgos (España) en el marco de II Congreso Iberoamericano sobre Redes Sociales, precisamente para debatir qué cosas deben tener en cuenta empresas, instituciones y usuarios para gestionar sus perfiles en las redes sociales. De ese congreso salieron importantes recomendaciones, algunas de las cuales les cuento. La presentadora de televisión Marta Fernández recomienda que “si no estás seguro de si publicar un “tweet” o no, es mejor no hacerlo”. Por su parte el periodista Ramón Trecet recomienda que “si bebes, no tuitees”.

Absolutamente nadie puede discutir los grandes aportes que las redes sociales han realizado en beneficio de las comunicaciones. El ciberespacio se ha convertido en la actualidad en el espacio ideal para todas las relaciones entre humanos, ya sean de naturaleza comercial o social. Lo que antes requería mucho tiempo para llevarlo a conocimiento de los demás, hoy se realiza de manera instantánea.

Pero no obstante  los magníficos medios de telecomunicación de que dispone la sociedad moderna, en cuanto a las relaciones interpersonales nos alejamos cada día más. Recuerdo aquella campaña publicitaria iniciada por una compañía telefónica en el sentido de que para ahorrar dinero y no realizar llamadas innecesarias, acuñó la expresión que creo que decía más o menos: “Para eso están los sitios, para conversar”, con la idea de que si usted quería mantener una conversación con otra persona lo hiciera personalmente y no por vía de los teléfonos.

Me comentaba doña Francia, mi esposa de 38 años de casados, que en días pasados visitó un consultorio de un profesional de la medicina y mientras esperaba el turno correspondiente, las personas que se encontraban junto a ella todas estaban “chateando”, regularmente a través de sus BBs. Me decía que antes, cuando llevaba a nuestros hijos al pediatra y mientras esperaban las madres en la sala correspondiente, se establecía una comunicación personal entre las presentes, de donde muchas veces se compartían experiencias sobre los hijos y otros temas.

Obviamente, la tecnología nos permite una mayor oportunidad de crear amistades y de conocer personas, pues las redes sociales se prestan a ello. Ellas nos han acercado, pero al mismo tiempo innecesariamente en muchas ocasiones nos han privado del calor humano que brota de las relaciones personales, como son  la mirada a los ojos o sus expresiones, los gestos, las actitudes, etc.

Como el hogar no escapa a la realidad que planteamos anteriormente, es necesario que de alguna manera recordemos lo importante que es verse personalmente la cara. Posiblemente uno de los problemas de la familia es el poco intercambio personal que sostienen sus miembros entre ellos; prefieren el intercambio virtual al contacto  personal. Realmente  mientras más tecnológicamente nos acercamos, más personalmente nos alejamos.

jueves, 5 de abril de 2012

LAS SIETE PALABRAS EN 140 CARACTERES O MENOS





Como cada año, la comunidad católica recuerda en la Semana Mayor la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús como una muestra del sacrificio realizado para la redención de la humanidad, y dentro de ella el ritual de comentar desde las iglesias las Siete Palabras de Jesús en la Cruz, las cuales fueron pronunciadas cuando ya se encontraba crucificado.  Hoy, y a propósito de la temporada quiero recordar con ustedes esas palabras, agregándoles algunas que en la actualidad considero pertinentes.

1ra. Palabra Padre, Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”. Agrego yo, el perdón es válido aunque sí saben lo que hacen.

2da. Palabra "En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”. Agrego yo, aunque no lo merezca.

3ra. Palabra “Mujer he ahí tu hijo, hijo he ahí tu madre”. Agrego yo, ¡cuántos no se reconocen recíprocamente!

4ta. Palabra “Dios mío, Dios mío por qué me has desamparado”. Agrego yo, el desamparo es temporal; al final él regresa.

5ta. Palabra “Tengo sed”. Agrego yo, pero no sólo de agua, sino de justicia social y buena conducta.

6ta. Palabra “Todo está consumado”. Agrego yo, si, ciertamente, pero no todo está sancionado.

7ma. Palabra “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. Agrego yo, hay muchos que tienen que encomendar también al Padre su conducta.

domingo, 1 de abril de 2012

¿CÓMO DESEMBARAZAR LO EMBARAZOSO DEL EMBARAZO DE LAS ADOLESCENTES?

(Unas breves observaciones de un abuelo moderno, pero no tan moderno)


Me encontraba plácidamente sentado al frente del televisor esperando mi noticiario preferido cuando me sorprendió un anuncio que nunca había visto. Se trataba de dos jovencitos que estaban en el aula de una escuela en el momento en que la profesora impartía  la clase, y él le hace una seña a ella, respondiendo ésta con un  ademán de que sí. Confieso que en un primer momento pensé que se trataba de un asunto relativo a la clase, quizás confirmando alguna duda sobre un tema.

 
En el anuncio se ve a ambos abandonar juntos la escuela. Al regresar al aula la profesora invita al  varón a que pase a la pizarra para lo que yo ingenuamente creí que era descifrar alguna fórmula propia de la clase, pero me sorprendo cuando veo que no se trataba de ningún asunto relativo a los estudios, sino que en un juego de letras él las combina formando la palabra CONDÓN. Ella lo mira y le hace una seña de aprobación, como diciendo: ¡suerte que lo hicimos protegidos!
 
Una de las actividades más placenteras para el ser humano lo constituye sin lugar a dudas las que tienen lugar en un encuentro carnal entre un hombre y una mujer, cuando las mismas son fruto de una voluntad propia y espontánea, o más aún lo que en la actualidad se denomina un consentimiento sexual informado. Amor y desamor son consecuencias necesarias de esas relaciones, las cuales son unas pasajeras y otras duraderas, pero de todas maneras la mayoría de las veces satisfactorias.
 
Sin las relaciones sexuales  la humanidad no habría tenido lugar. De ahí el mandato bíblico de “creced y multiplicaos”. Pero tampoco ninguna otra especie del reino animal. La diferencia está en que mientras en los humanos esas relaciones se producen por placer, más que por compromiso,  en el reino animal se producen como un imperativo de la naturaleza para el mantenimiento de la especie. De ahí es que se dice que el ser humano es el único ser viviente que practica las relaciones sexuales por placer.
 
Pero cuando esas relaciones resultan ser la consecuencia de una violación, adquieren una dimensión totalmente diferente. La literatura universal se encuentra inundada de aspectos relativos al tema. Como ejemplo tomemos lo que más adelante nos relata, a mi modo de ver, el más prolífico irreverente escritor latinoamericano de todos los tiempos, nacido en el 1860 y fallecido en el año 1933.
 
Me refiero al colombiano José María Vargas Vila, quien en una de sus obras nos relata el acto de violación de que fue objeto la niña pastora de rebaños llamada  Giovannina , por Flavio, un personaje de uno de sus libros, hecho ocurrido lejos de Roma, cerca del Monte Porzio, “a la sombra de unos arbustos somnolientos, viendo el río rodar quieto y pausado como una humilde vida hacia la muerte….” y, rodeando con mi brazo el cuello recio de la niña devoré su rostro a besos y mordí con delicia las cerezas de sus labios. Sorprendido y amedrentada rehuyó las caricias, y cuando mis manos profanadoras tocaron ávidas el tesoro de sus senos, se defendió con valor, presa de una verdadera cólera”.
 
“Entonces fue una desesperada lucha en que venció mi fuerza. Tumbada al suelo, ultrajada y dominada, sufrió mis violaciones, llorando y defendiéndose, como una gata salvaje, con los dientes y con las uñas; y en el silencio del llanto murió el grito de su virginidad asesinada”.
 
“Nunca olvidaré la mirada terrible de sus ojos, el gesto desesperado de sus brazos, su grito de maldición cuando ya profanada se escapó llorosa y triste, por la llanura negra en el crepúsculo rojo, que hacía espejismos blondos sobre el moaré de las aguas lejanas. Luego de esta aventura, que tuvo por resultado el nacimiento de un niño, estuvieron a punto de ocasionarme grandes contratiempos, que fueron transitoriamente arreglados con unos centenares de libras, dados a los padres de la niña. Nueve meses después, día por día, vi entrar a mi estudio los padres de la pastora que traían un envoltorio en los brazos. –La Giovannina, ha parido esto –me dijeron-, y ella no quiere alimentar el bambino; aquí está; y pusieron el niño sobre el diván, que acaba de abandonar una bella modelo. Yo había hecho ese niño, era mío, era sangre de mi sangre, y carne de mis carnes, y sin embargo, yo, su padre, no sentía por él amor, ni atracción, ni siquiera simpatía, sino un temor, una aversión, un odio cobarde, por ese ser que entraba así en mi vida, como una hostilidad. Un rencor sordo y confuso, me agitaba contra ese ser inerme, inconsciente, que dormía un sueño animal, en las toscas blancuras de sus ropas de neonato”.
 
La violación sexual contra una mujer es un hecho grave, y más grave aún cuando se ejecuta contra una adolescente, y peor todavía cuando a consecuencia de ella se produce un embarazo.
 
Nuestra legislación penal tipifica la agresión sexual como toda acción sexual cometida con violencia, constreñimiento, amenaza, sorpresa, o engaño. Mientras que la violación es todo acto de penetración sexual, de cualquier naturaleza que se sea, cometido contra una persona mediante violencia, constreñimiento, amenaza o sorpresa. La situación del violador se agrava cuando es cometida contra un niño, niña o adolescente.
 
El embarazo de una adolescente podemos tratarlo desde diferentes tópicos. El embarazo fruto de una relación entre un adulto y una adolescente y el embarazo fruto de una relación entre adolescentes. A esos fines es importante hacer la distinción entre adulto, niño o niña y adolescente que nos ofrece la Ley núm. 136-03, denominada Código para el Sistema de Protección y los Derechos Fundamentales de Niños, Niñas y Adolescentes.
 
Adulto es toda persona que haya alcanzado los 18 años de edad. Adolescente es toda persona desde los 13 años hasta alcanzar los 18 años de edad. Niño o niña es toda persona desde su nacimiento hasta los doce años, inclusive.
 
Como se observa de lo anterior, un adolescente no es ni un niño o niña, pero tampoco es un adulto. Es toda persona que se encuentra comprendido entre los 13 hasta los 18 años de edad. Partiendo de esto podemos decir que para lo que nos interesa una niña de 13 años de edad es una adolescente y por lo tanto susceptible de ser embarazada.
 
A pesar de que lo importante para esta ocasión no es dilucidar las complejidades que tiene el tema desde el punto de vista penal, es importante hacer algunas precisiones al respecto.
 
En nuestra legislación de naturaleza penal se sanciona con prisión y multa cuando un adulto, sin ejercer violencia hubiere hecho grávida a una joven menor de 18 años. La pena es mayor cuando hay de por medio vínculos de afinidades o parentesco.
 
Cuando el raptor o seductor fuere de igual o menor edad que la joven raptada o seducida la sanción se reducirá a la mitad de la pena. Pero cuando ambos o uno de ellos fuere menor de 18 años la sanción será la establecida por la Ley núm. 136-03.
 
En mi obra Tratado Práctico de Responsabilidad Civil Dominicana, en su  sexta edición del año 2010, trato algunos aspectos legales que pudieran ser interesantes para el tema. Les invito a ahondar en el mismo consultándolo.
 
El embarazo de las adolescentes más que un problema legal, constituye problema social, médico y sociológico, pues afecta a la sociedad entera, independientemente de si se trata de relaciones consentidas o no. Es que una adolescente no se encuentra en la plena capacidad de asumir las responsabilidades que implican ser madre. Obviamente que el asunto se agrava cuando ese embarazo es fruto de una violación.
 
Se podría argumentar que las relaciones sexuales de los adolescentes es un derecho, pero me gustaría que alguien me dijera en qué texto se amparan los que abogan por su existencia. Se podría afirmar también que la adolescente consintió en esas relaciones, y yo vuelvo a preguntarme ¿cómo justificar un pretendido consentimiento de una niña de 13 o 14 años? ¿Qué capacidad de discernimiento tiene para determinar lo conveniente o no de esas relaciones, así como medir sus consecuencias? ¿En qué contribuye al bienestar del país o de la propia formación de las adolescentes a que se incentiven sus relaciones sexuales?
 
El anuncio de televisión a que me he referido anteriormente,  que creo que tiene el auspicio de un organismo gubernamental y de otro de la cooperación internacional, más que pretender evitar el embarazo de las adolescentes, lo que hace es incentivar las relaciones sexuales entre ellos. Pero lo que es peor es una expresa invitación a los jóvenes estudiantes a que aprovechen sus horas  de escolaridad para que furtivamente puedan abandonar sus tareas escolares para dedicarse a sostener ese tipo de relaciones.
 
Como abuelo moderno, pero no tan moderno, quiero concluir con un consejo que en una ocasión observé en un restaurante de Ciudad México que según recuerdo decía más o menos así: “EL MEJOR ANTICONCEPTIVO ES: NO”.