V Conferencia Iberoamericana de Justicia Constitucional - Chile
En razón de que
próximamente se celebrará en nuestro
país la X Conferencia Iberoamericana de Justicia Constitucional, lo cual
elevará a la República Dominicana en capital de la justicia constitucional
iberoamericana, resulta importante recordar el papel jugado por el Poder
Judicial que nos correspondió dirigir durante el período 1997-2011, en el
proceso de nacimiento de esa conferencia y el renacimiento de la justicia
constitucional en Iberoamérica.
Sin embargo, es preciso
que se conozca previamente que desde el año 1997 nuestro Poder Judicial ha
tenido una activa participación en el ámbito de las relaciones internacionales
que motorizaron la visita a nuestro país de todos los presidentes de las cortes
supremas y tribunales supremos de justicia de Iberoamérica y de manera muy
especial en el año 2004 del Primer Presidente de la Corte de
Casación francesa, Guy Canivet; del Presidente del Tribunal Supremo y del
Consejo General del Consejo Judicial del
Reino de España, Francisco José Hernando Santiago, y en el 2008, en ocasión de
la celebración
del Encuentro Ruso-Centroamericano, la visita del Presidente de la Corte
Suprema de la Federación de Rusia, Vyacheslav M. Lebedev.
Además, la contribución de ese poder del
Estado es incuestionable al considerarse su afiliación a las principales
organizaciones mundiales relacionadas con la justicia, como son: Cumbre Judicial Iberoamericana, teniendo
nuestra primera participación en el año 1998; Consejo Judicial Centroamericano, Órgano del Sistema de Integración
Judicial Centroamericana (SIJCA). Pertenecemos a este desde la firma del
“Acuerdo de Asociación entre el Sistema de la Integración Centroamericana y la
República Dominicana” el 10 de diciembre de 2003; Conferencia Mundial de Justicia Constitucional. Participamos de
esta asociación desde sus inicios en el año 2009 como miembros fundadores; Comisión Europea para la Democracia a través
del Derecho o Comisión de Venecia del Consejo de Europa. Pertenecemos a
este organismo desde el año 2009; Asociación
de los Tribunales Superiores de Casación de los países que comparten el uso del
Francés (AHJUCAF en sus siglas en francés). Pertenecemos a esta
asociación desde el año 2010. Como nota importante es preciso destacar que
República Dominicana es el único país de habla hispana que pertenece a esa
Asociación, siendo en consecuencia el Poder Judicial dominicano incorporado a
la Organización Internacional de la Francofonia.
Pero en lo
relativo al tema que encabeza este post lo más importante fue nuestra
participación en el nacimiento de la Conferencia Iberoamericana de Justicia Constitucional (CIJC), así como en el
renacimiento de la justicia constitucional en Iberoamérica. Esa conferencia es
una organización que
se basa en el diálogo, la colaboración y la cooperación para reforzar los
sistemas constitucionales, consolidando los postulados compartidos y el
perfeccionamiento de los sistemas con el fin último de dar respuesta a las
exigencias crecientes de las ciudadanías en el ámbito de la justicia
constitucional.
Previamente a
la aprobación de sus Estatutos se habían celebrado tres reuniones, en Lisboa,
del 10 al 12 de octubre de 1995[1]; Madrid
1998[2],
del 27 al 30 de enero de 1998; Guatemala 1999[3],
del 22 al 27 de noviembre de 1999. Estas
conferencias fueron denominadas I, II y III Conferencia de Justicia
Constitucional de Iberoamérica, España y Portugal,
respectivamente. Desde el año 1999 hasta el año 2005 no se organizaron otras
conferencias de esa naturaleza, aunque la Fundación Konrad Adenauer había
celebrado eventos con una dimensión mayor cubriendo gran parte del Viejo
Continente. O sea que a nivel de Iberoamérica hubo una especie de receso en
cuanto a la celebración de jornadas de justicia constitucional.
Es
en Sevilla, España, donde se retoma celebrar encuentros de justicia
constitucional a nivel de la región iberoamericana, y de programarlos y dotarlos de unos
estatutos, cuya X (décima versión) se realizará, como hemos dicho, en nuestro
país en este mes de marzo.
Vale
la pena comentar algunos episodios interesantes que culminaron con lo que hoy
se conoce como Conferencia
Iberoamericana de Justicia Constitucional (CIJC),
y en cuya formación el Poder Judicial dominicano jugó un papel preponderante,
pues fue un acontecimiento ocurrido aquí el que le dio origen.
En
retrospectiva. En los primeros meses del año 2004 recibí una llamada desde
México de Rudolf Huber, director del Programa Estado de Derecho
para Latinoamérica, de la Fundación Konrad Adenauer Stiftung, persona a quien había conocido años
antes en una actividad de justicia constitucional en Granada, Nicaragua, con la
finalidad de que la Suprema Corte de Justicia de nuestro país sirviera de
anfitriona para organizar unas jornadas de justicia constitucional. Luego de las
aprobaciones correspondientes fijamos la fecha para inaugurar el 2 de noviembre
de 2004 el XI Encuentro de los Presidentes y Magistrados de los
Tribunales y Salas Constitucionales de América Latina, el cual culminó con gran
éxito de asistencia de los convocados y
de resultados positivos en cuanto a la justicia constitucional. Solamente se
invitaron para ese encuentro a los titulares de los tribunales y salas
constitucionales de América Latina, no así a los países de Europa, como la Fundación
Konrad Adenauer había hecho en años anteriores.
Antes de la celebración
del referido encuentro de justicia constitucional latinoamericano visité en el
mes de septiembre, aceptando una invitación especial que me formulara el
Presidente del Tribunal Supremo de Justicia y del Poder General del Poder
Judicial de España, Dr. Francisco José Hernando Santiago, para la apertura del
año judicial. Allí me presentaron a la magistrada María Emilia Casas,
presidenta del Tribunal Constitucional de ese país, quien en torno muy poco
amable me manifestó que tenía conocimiento de que en Santo Domingo se iba a
celebrar en noviembre de ese mismo año un encuentro de justicia constitucional
y que el Tribunal Constitucional no había sido invitado no obstante haber
participado en todos los eventos anteriores relativos al tema. Le dije a la
Dra. Casas que las invitaciones las había cursado la Konrad Adenauer y que
nosotros solamente éramos anfitriones y se había limitado a América Latina, tal
como indicaba el nombre del encuentro.
De ese primer encuentro
nació entre nosotros una gran amistad, y durante la recepción y el almuerzo
compartimos como viejos amigos, manifestándome su interés en participar en ese
encuentro. Le prometí hacer las gestiones de lugar, lo cual hice desde que
regresé al país para lo cual contacté a Huber, quien me manifestó que solo era
un evento para la región; que no era posible la participación española, lo cual
puse en conocimiento inmediatamente de mi nueva amiga.
Tiempo después
me llama María Emilia Casas por teléfono para pedirme colaboración para
convencer a nuestros colegas de América Latina que asistieran a la reanudación
de los encuentros organizados por la Conferencia de Justicia Constitucional de
Iberoamérica, España y Portugal, que ella quería celebrar en Sevilla, España,
el 20 de octubre de 2005. Movilizamos nuestros amigos y todos confirmaron la
participación en ese encuentro de Sevilla.
Poco tiempo después correspondiendo a una
invitación que la Presidenta del Tribunal Constitucional de España, la Dra.
Casas, me hiciera para participar en la celebración el 12 de julio de 2005 de
los XXV años de la constitución de ese tribunal, celebrada en su sede de Madrid,
terminamos de afinar los trámites finales del evento de Sevilla que
celebraríamos en el mes de octubre de ese mismo año. Las actividades relativas
al XXV aniversario del Tribunal Constitucional fueron revestidas de la
solemnidad requerida y la presencia de su Alteza Real y la reina denotaron la
trascendencia histórica del evento.[4]
Llegada la fecha pautada para la convocatoria
a Sevilla nos trasladamos a Madrid, donde se dio inicio a las actividades
previas al encuentro de la región andaluza. Las diferentes delegaciones fueron
recibidas por el Su Majestad Juan Carlos de Borbón en el Palacio de la Zarzuela[5].
Una vez en Sevilla, en el marco de los actos
conmemorativos del XXV Aniversario de la constitución del Tribunal
Constitucional se celebró allí durante los días 19, 20 y 21 de octubre la
Conferencia Iberoamericana de Justicia Constitucional, continuación de las
Conferencias de Lisboa (1995), Madrid (1998) y Guatemala (1999). Llamo la
atención que al mismo tiempo que se aprobó la preparación de un proyecto de
Estatutos se le cambió el nombre a la conferencia, pasando de Conferencia de Justicia Constitucional de
Iberoamérica, España y Portugal a
denominarse Conferencia Iberoamericana de Justicia Constitucional (CIJC). Se pronunciaron los discursos de rigor, tanto de la Presidenta del
Tribunal Constitucional, como del Presidente de la Junta de Andalucía y de la
Presidenta del Parlamento de la Junta de Andalucía. En esta conferencia se
escogió Chile como sede la próxima Conferencia Iberoamericana de Justicia
Constitucional, que sumando las anteriores sería la V conferencia.[6]
Los asistentes a ese
encuentro nos escogieron para pronunciar las palabras finales y dar las gracias
a nombre de todos los invitados internacionales.
En Santiago de Chile fue celebrada la V
Conferencia Iberoamericana de Justicia Constitucional (CIJC) donde, tras las reuniones celebradas en Lisboa
(1995), Madrid (1998) y Antigua (1999) y en cumplimiento de la Declaración de
la Conferencia de Sevilla del 21 de octubre de 2005, fueron aprobados
y suscritos el 28 de octubre de 2006 sus Estatutos, entre cuyos firmantes
figura la República Dominicana.[7]
Luego de Chile, vino la VI, en
Cartagena de Indias, Colombia; la VII, en Mérida, México; la VIII, en Managua,
Nicaragua; la IX, en Cádiz, España, país que desde la V conferencia de Chile
había pedido la sede de esta para que coincidiera con el Bicentenario de la
Constitución de Cádiz. Corresponde ahora a República Dominicana ser sede de la
X Conferencia Iberoamericana de Justicia Constitucional.
Como se observa, el papel de
República Dominicana fue de suma importancia para el renacimiento de la
justicia constitucional en Iberoamérica, así como de la constitución de la
Conferencia Iberoamericana de Justicia Constitucional (CIJC), continuadora de
la primera celebrada en Lisboa, Portugal, en el año 1995. Nuestro país es uno
de los fundadores de ese órgano donde se debaten en el ámbito iberoamericano
los principales asuntos relativos a la justicia constitucional.
No quiero terminar sin antes
manifestar que no obstante la insistencia por años de la mayoría de los países
para que nuestro país fuera sede de una de esas conferencias, nunca dispusimos
de los recursos económicos necesarios a esos fines. ¡Todavía mucha gente viva
puede atestiguarlo!
No albergamos ninguna duda de que
el Tribunal Constitucional dominicano será un excelente anfitrión y que los
temas a debatirse contribuirán a la consolidación de nuestra institucionalidad
y al fortalecimiento del Estado de Derecho.
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