miércoles, 24 de julio de 2013

CUANDO EL ADULTERIO ERA UN DELITO PENAL

El venado herido”. Frida Kahlo, 1946.
“Si alguno pecare con la mujer de otro, o cometiere adulterio con la que está casada con su prójimo, mueran sin remisión, así el adúltero como la adultera” (Levítico 20:10)

Uno de los temas que desde siempre más han abundado en la literatura universal es el relativo al adulterio, considerado como la infidelidad que se deriva de la unión sexual de una persona casada con otra persona que no es su pareja. Han sido muchas las relaciones que han tenido un final amargo a consecuencia de la infidelidad de uno o del otro, pues el adulterio constituye en cierta medida un atentado a la dignidad de quien la sufre.

Algunos pasajes de la Biblia nos recuerdan la prohibición en ese sentido. “No cometerás adulterio”. (Éxodo 20:14). “Si alguno pecare con la mujer de otro, o cometiere adulterio con la que está casada con su prójimo, mueran sin remisión, así el adúltero como la adultera.” (Levítico 20:10). “Habéis oído que se dijo a vuestros mayores: No cometerás adulterio”. (Mateo 5:27).

En un relato novelado sobre Cicerón en medio de las tantas intrigas que había en la Roma de esa época y asediado por las presiones del emperador y las instancias de sus amigos para que lo enfrentara, cuando encontró a su mujer acostada en la cama con el emperador y dándose cuenta que su situación se tornaba muy difícil, exclamó:
 “Contra la alquimia de dos cuerpos desnudos en una cama, en la oscuridad, contra el complejo entramado de deseos y compromisos que implicaba semejante intimidad, no tenía nada con lo que luchar”. (Robert Harris, Conspiración, pág. 426).

Otro triángulo famoso en cuanto a relación sentimental giró en torno a Enrique VIII, Catalina de Aragón y Ana Bolena. Enrique VIII, rey de Inglaterra, luego de la muerte de su hermano Arturo, contrajo matrimonio en primeras nupcias, con la viuda de éste, Catalina de Aragón, hija del rey Fernando y de la reina Isabel de España, naciendo así para Enrique la esperanza de un heredero varón que asegurara la continuidad de su dinastía, esperanza que al transcurrir el tiempo se desvanecía, lo que unido a su enamoramiento, lo condujo a una propuesta matrimonial a Ana Bolena. Pero era necesario que antes el Papa Clemente VII anulara el matrimonio con Catalina de Aragón, a lo que este se negó, pero que sí obtuvo del arzobispo de Canterbury, Thomas Crammer, originándose así el rompimiento con la iglesia de Roma, luego que el Parlamento aprobara el acta de Supremacía que estableció la independencia de la iglesia anglicana bajo la soberanía del rey.

La suerte de Ana Bolena estaba echada desde que no pudo concederle un varón al rey. No sólo fue acusada de adulterio, sino ejecutada. Igual suerte corrió la quinta esposa de Enrique VIII, Catalina Howard. La verdad que su majestad tenía una fórmula bastante drástica de romper el vínculo matrimonial. Ana Bolena es popularmente conocida por haber sido decapitada bajo acusación de adulterio, incesto y traición.

Otra obra que nos narra las aventuras amorosas del pasado fue la novela publicada en 1782 por Pierre Choderlos de Laclos que tiene como principales protagonistas a la marquesa de Merteuil y al vizconde de Valmont. La marquesa de Merteuil es una viuda depravada que sabe encubrir su mala conducta; ha mantenido relaciones de amistad con el vizconde de Valmont, su ex amante, seductor de profesión.

Sobre el  extraordinario político francés Talleryrand se cuenta que en una ocasión habiéndose enterado Napoleón de que Madame de Talleyrand era amante del Duque de San Carlos, con el propósito de herir al Talleyrand, le preguntó un día en un tono muy descompuesto: “¿Por qué no me dijisteis antes que el Duque de San Carlos era el amante de  vuestra mujer?”. A lo que el obispo contestó que según creía era de lo menos que debería hablar para salvaguardar el honor propio así el del Emperador. Vale añadir que eran muy conocidas las infidelidades tanto de Josefina hacia Napoleón como de este hacia ella.

Talleyrand fue amante de su sobrina política, así como de la madre de ésta. Cuando murió su esposa  Madame Grand, con quien se había casado en el año 1802, luego de haber obtenido la dispensa papal y sin duda debido a la presión que ejercía en ese sentido Napoleón, a quien le dio su apellido, más no así su corazón, dijo lo siguiente: “Eso simplifica mi situación”. Algunos de sus biógrafos consideran que con esta expresión se refería a que se liberaba del pago de una generosa renta que le pasaba a su esposa, pero que también tuviera en cuenta que lo más importante era que había dejado de ser un clérigo casado.

Entre los miembros de la comisión que asistió al Congreso de Viena del año 1814, se encontraba una persona a quien Talleyrand había incluido, cuya madre había sido su amante, que era Madame la Comtesse Edmond de Périgord, esposa de su sobrino, quien tenía para esa época 21 años de edad y Talleyrand tenía 60. De ahí surgió una relación de amor que duró toda la vida.

Napoleón y Josefina no escaparon a los escándalos propios del adulterio. Ya se habían casado cuando Napoleón fue coronado emperador el 2 de diciembre de 1804 en la catedral de Notre Dame, en París. Las desavenencias comenzaron debido a las infidelidades de Napoleón, alimentadas por la frustración de no darle un hijo. La falta de hijos en matrimonio determinó a Napoleón, inducido por Talleyrand, a divorciarse en 1809 para contraer nuevo matrimonio en 1810 con María Luisa, archiduquesa de Austria e hija del emperador Francisco I de Austria, perteneciente a la casa de Habsburgo. Con este enlace vinculaba su dinastía a la más antigua de las casas reales de Europa.

Cuando el rey regente don Juan de Braganza, Juan IV, y la realeza portugués se trasladó a Brasil a consecuencia de la invasión de las huestes de Napoleón, se pensó que las relaciones adúlteras de su esposa Carlota Joaquina Teresa de Borbón y Borbón-Parma terminarían, parece que el calor del trópico y la desatención de su marido, la alimentaron. Pero también el hijo de ambos, Pedro, futuro emperador y propulsor de la independencia de Brasil, se convirtió en un amante furtivo de más de una.

Las relaciones de Frida Kahlo y Diego Rivera no estuvieron a salvo de las infidelidades.  La infidelidad de Diego Rivera hacia su esposa Frida Kahlo era de público conocimiento, pero donde se rebosó la taza fue cuando ella lo sorprendió haciendo el amor con su hermana menor. Él para justificarse le dijo: Diego: - "Es que yo pensé que eras tú amor" - Frida: - "Claro, ¿no se te hizo raro sentir piel tersa, axilas depiladas y un cuerpo de 15 años? Cabrón, te dejaría si no fueras tan sexy" -. Se llegó a representar como una venadita en  “El venado herido”. Frida Kahlo, 1946.

En nuestro país, el recio intelectual dominicano Andrés L. Mateo puso recientemente en circulación otra edición de su éxito “La violinista Adúltera”. De esa obra el periódico digital Acento.com.do en ocasión de su puesta en circulación nos dice: “Luego Mateo recordó que el germen de esta novela nació en su adolescencia al presenciar cómo la vida de hombre “se transformó por completo al convertirse en la comidilla del barrio y objeto de murmuraciones”, porque su esposa salía cada tarde con un violín y no se sabía adónde iba ni lo que hacía con el violín”.

Todos recordamos el vallenato, aquel ritmo colombiano que se burlaba de aquel que fue víctima de adulterio, con el título El Santo Cachón, interpretado por Los Embajadores del Vallenato.

En la República Dominicana antes de la vigencia de la ley 24-97, denominada Ley contra la Violencia Familiar, el adulterio se encontraba penalmente sancionado, tanto en cuanto al hombre como a la mujer, pero con la diferencia que la relación adultera de la mujer era sancionada en cualquier lugar en que se cometiera, mientras que con respecto al marido solamente lo era si la relación sexual se realizaba en el mismo lugar conyugal. Pero se exigía que la prueba del adulterio fuera fehaciente en cuanto a la relación sexual. Se consideraba que no bastaban la simple infidelidad o caricias sexuales.

Muchos tenían la creencia de que el cónyuge que sorprendía al otro cometiendo un acto de adulterio y le ocasionaba la muerte, se liberaba del delito de homicidio o de asesinato, según el caso; sin embargo, esa circunstancia no constituía una causa de absolución, sino una circunstancia atenuante. Es así como lo reconoció la Suprema Corte de Justicia, cuando dijo: “que, por consiguiente, la excusa prevista en el citado artículo 324, sobre homicidio contra el cónyuge sorprendido en adulterio flagrante, vigente en el tiempo de ocurrencia de la especie, es de naturaleza atenuante y no absolutoria, como erradamente entendió la Corte a-qua; en consecuencia, procede declarar con lugar el recurso de casación contra la sentencia impugnada y ordenar la celebración total de un nuevo juicio para realizar una nueva valoración de las pruebas”. (http://www.suprema.gov.do/sentscj/sentencia.asp?B1=VR&llave=113630001).

A partir del año 1997 el adulterio se despenalizó al modificarse el artículo 336 del Código Penal dominicano, al tenor de lo dispuesto por el artículo 9 de la referida ley 24-97. Sin embargo, se mantuvo como una causa de divorcio al tenor de lo dispuesto por el artículo 2, literal d) de la ley núm. 1306-bis, sobre Divorcio, cuando dispone “Art. 2. Las causas de divorcio son: … d) El adulterio de cualquiera de los cónyuges”. Decisiones relacionadas con el adulterio y el divorcio se pueden ver en www.suprema.gov.do.

viernes, 5 de julio de 2013

¿UN ERROR EN LA OBRA “INFERNO” DE DAN BROWN?


Ref. Inferno
Autor: Dan Brown
Primera edición impresa en México: mayo 2013
Impreso: Talleres de Litográfica Ingramex, S. A. de C.V.
Impreso: México.
Error detectado: pág. 454
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“FAUSTO. — Sí, tómalo, y que el diablo te felicite por ello.
MEFISTÓFELES. — Pues ahora, Fausto, pide lo que quieras.
FAUSTO. — Primero te preguntaré acerca del infierno. Dime, ¿dónde está ese lugar que los hombres llaman infierno?
MEFISTÓFELES.- Bajo los cielos.
FAUSTO.- Sí, pero ¿dónde?
MEFISTÓFELES. — Dentro de las entrañas de los elementos, y en él somos torturados y permanecemos eternamente. No tiene límites, ni está circunscrito por nada. Doquiera que nosotros estamos está el infierno y donde el infierno esté siempre hemos de hallarnos nosotros. Y, para concluir, cuando el mundo se disuelva y todas las criaturas sean purificadas, todo lo que no sea cielo será infierno”. (Cristopher Marlowe, La trágica historia del doctor Fausto).


Como es sabido, el florentino Dante Alighieri escribió la Divina Comedia, considerada la obra cumbre del Poeta Supremo, padre de las letras italianas, dedicada a narrar su travesía por el Infierno, el Purgatorio y el Paraíso, acompañado del poeta Virgilio, hasta llegar al Paraíso y encontrarse con  Beatriz, su eterna enamorada.  Sobre ese encuentro nos dice Jorge Luis Borges que superados los círculos del Infierno y las arduas terrazas del Purgatorio, Dante en el Paraíso terrenal, ve por fin a Beatriz y que la mañana del 13 de de abril del año 1300, en el día penúltimo de su viaje, Dante, cumplidos sus trabajos, entra en el Paraíso terrenal, que florece en la cumbre del Purgatorio.

Dan Brown es un escritor norteamericano que en sus diferentes obras nos tiene acostumbrados al suspenso. Lo ha hecho en El código Da Vinci, El símbolo perdido, Ángeles y demonios, La conspiración, La fortaleza digital y ahora nos trae Inferno.

En Inferno Dante Alighieri es el motivo. Primero, su descripción sobre el Infierno, y segundo, su máscara mortuoria.

Alessandro di Mariano di Vanni Filipepi, apodado Sandro Botticelli, fue un pintor italiano, nacido en Florencia en el año 1445, quien plasmó en lienzo  El nacimiento de Venus, considerada una de sus grandes creaciones y de la pintura florentina. Una obra de Botticelli sobre el Infierno le sirve de guía a Robert Langdon, principal personaje de Inferno, para que junto a su amiga Dra. Sienna Brooks  descubra  la ubicación de una bolsa que contiene un virus que se transmite a mucha velocidad y de gran penetración en la población, sin que el lector pueda percatarse que desde el principio la búsqueda resultará frustratoria, como lo anuncia el Dr. Bertrand Zobrist, creador de esa sustancia antes de lanzarse al vacío desde la torre de la Badia, en Florencia y suicidarse, cuando expresa: “Nunca lo encontrarán a tiempo”. Su situación tuvo semejanza con el relato que nos ofrece Gabriel García Márquez en su obra Crónica de una muerte anunciada, sobre el asesinato de Santiago Nasar a manos de los gemelos Vicario.

El Dr. Bertrand Zobrist, preocupado por la superpoblación mundial que irremisiblemente conduciría a la humanidad a una hambruna, crea un virus  trashumanista, con un efecto muy parecido a la Peste Negra que azotó a la humanidad en la Edad Media, en el siglo XIV, con la diferencia que este virus ocasionará que las personas afectadas no tendrán hijos,  con lo cual la producción de alimentos sería suficiente para el mantenimiento del resto de la humanidad que quedara viva.

A pesar de sus siniestros propósitos, el Dr. Bertrand Zobrist considera que lo que hace es en beneficio de la humanidad, y así lo manifiesta antes de suicidarse exclamando:
Querido Dios, rezo para que el mundo recuerde mi nombre, no como el de un pecador monstruoso, sino como el del glorioso salvador que sabes que en verdad soy. Rezo para que la humanidad comprenda el legado que dejo tras de mí.
Mi legado es el futuro.
Mi legado es la salvación.
Mi legado es el Inferno”.

La obra Inferno se centraliza en una especie de acertijo consistente descifrar palabras y símbolos que conducirían a la localización de esa bolsa que contiene el virus  trashumanista, para lo cual el profesor Robert Langdon pone todo su conocimiento como profesor de arte y experto en simbología. La trama se inicia a partir de unas imágenes adulteradas realizadas por el Dr. Zobrist del Mappa del Inferno de Sandro Botticelli, proyectadas a través de un artilugio y donde está escrito: CATROVACER, que luego resultó ser cerca trova.

Todo comienza cuando al llegar al hospital  con una herida en la cabeza el Dr. Langdon balbucea las palabras “very sorry, very sorry”,  las cuales carecen de sentido hasta tanto él mismo se da cuenta de que lo que ha querido decir es Vasari, refiriéndose al pintor Giorgio Vasari, en cuya pintura denominada La Battaglia  di Marciano, que se encuentra en el Salón de los Quinientos del Palazzo Vecchio, en Florencia, Italia,  aparece en su parte superior la expresión Cerca trova. Langdon y Sienna emprenden la búsqueda de la referida pintura, y venciendo todos los obstáculos, pues estaban siendo perseguidos por una organización, logran llegar al Palacio Vecchio.

Al observar detenidamente el Dr. Langdon  La Battaglia  di Marciano, su compañera Sienna le inquiere que si esa pintura le recuerda algo, expresando él: “La verdad solo es visible a través de los ojos de la muerte”. Expresión esta que lo conducen a dirigirse junto a la guía  Marta Álvarez ante la vitrina donde se encontraba la máscara mortuoria de Dante,  La maschera di Dante, la Máscara de Dante, la cual había sido prestada por su propietario, el multimillonario Bertrand  Zobrist,  para su exposición en el museo. Langdon infiere que en esa máscara está la pista que conduciría al lugar donde se encuentra el virus buscado. Al llegar a ese lugar encuentran la vitrina vacía, recurriendo los guardias a examinar el vídeo que contenía la grabación de las cámaras de seguridad descubriendo que la noche anterior el Dr. Langdon, junto al célebre experto en arte Ignazio Busoni, conocido como il Duomino, así como la propia Marta, habían estado allí, lo cual no recordaba en lo absoluto el Dr. Langdon a consecuencia de un estado de amnesia retrógrada en que se hallaba, pero evidenciando la grabación que el robo de la Máscara de Dante había sido perpetrado por  los dos primeros. Luego del robo Ignazio Busoni muere a consecuencia de un infarto, pero antes le deja con su secretaria  una grabación con un mensaje dirigido a su amigo coautor del robo donde le dice que “lo que buscas está a salvo. Las puertas están abiertas para ti, pero debes darte prisa. Paraíso Veinticinco”. En lo inmediato lo que sigue es encontrar la máscara en base al mensaje que había dejado il Duomino.

Hasta ahora la obra se ha desarrollado en descifrar  very sorry, very sorry, que nos conduce a Vasari y a su obra La Battaglia  di Marciano, donde está la inscripción cerca trova, y de aquí a la búsqueda de la Máscara de Dante para identificar el lugar donde se encuentra el virus.

El Dr. Langdon  y Sienna sobre la pista ofrecida en el mensaje por  il Duomino emprenden una tenaz búsqueda por toda la ciudad de Florencia hasta que al fin descubren la referida máscara, la que luego de una ardua tarea de limpieza con agua encontrada en la pila bautismal evidencia una leyenda en espiral en la máscara cuya primera estrofa es de Dante, pero el resto estaba escrito por el Dr. Zobrist, donde se indicaba una dirección “Las aguas teñidas de rojo sangre de la laguna que no refleja las estrellas”. Esas palabras, junto a otras, a causa de la alteración realizada en la máscara, ofrece la dirección exacta donde se encuentra el virus. Langdon trascribió en un papel las palabras en espiral que se encontraban en la máscara y procedió luego a resguardarla en el mismo lugar en que se encontraba.

Se inicia entonces una intensa búsqueda  del lugar referido en la máscara la que conduce a los personajes, evadiendo la persecución a que están sometidos, a Venecia y Estambul, donde el autor de la obra hace gala de sus conocimientos en materia de monumentos históricos de esas ciudades.

En Venecia, luego de recorrer los principales lugares donde suponen que se encuentra el lugar descrito en las palabras en espiral en la máscara mortuoria de Dante, el profesor Langdon percibe que ese lugar donde se encuentra está muy lejos de Venecia, que está en Estambul, donde deciden trasladarse, pero mientras su compañera de aventura  Sienna Brook escapa con su ayuda, él es atrapado por la organización que lo estaba persiguiendo, quedándose su amiga en Venecia, luego de escapar por la Plaza de San Marcos.

Ya estando en poder de sus persecutores el Dr. Langdon y luego de explicaciones que le son dadas va recuperando la memoria y le recuerdan que él había sido contactado por la Organización Mundial de la Salud, en la persona de su directora, la Dra. Elizabeth Sinskey, y que la Dra. Sienna Brooks era amante del Dr. Zobrist, y a la cual estaban persiguiendo. Junto con sus captores emprende viaje a Estambul para seguir la búsqueda del lugar donde se encuentra la bolsa que contiene el virus, según la descripción contenida en la máscara mortuoria del autor de la Divina Comedia.

Al llegar a Estambul recorren varios lugares, entre ellos la famosa  catedral de Santa Sofía y al transitar por sus calles el conductor de la furgoneta dice (pág. 454):
“- Hay un concierto, creo. Será más rápido ir a pie”
“- ¿Está lejos? – preguntó Sienna”.

Pero resulta, que como hemos dicho más arriba, Sienna se había quedado en Venecia luego de haber escapado de la persecución  por la Plaza de San Marcos, y aunque viaja a Estambul lo hace tiempo después. Lo lógico es que quien formula la pregunta al conductor es la Dra. Elizabeth Sinskey y no Sienna. Aquí se encuentra el error en la obra.

Al llegar al lugar donde se encuentra  localizada la bolsa con el virus se llevan la sorpresa de que “Esa noche, en las entrañas de la tierra, la Orquesta Sinfónica Estatal de Estambul interpreta una de las obras más famosas de Liszt: la Sinfonía Dante, toda una composición inspirada por el descenso al infierno del poeta florentino”.

Como se anunció al principio de este comentario, llegaron tarde. Ya la bolsa que contenía el virus se había diluido, creyéndose que era obra de Sienna, que tal vez había llegado primero que ellos a Estambul. Ella llegó ciertamente a Estambul, pero ya la obra de Zobrist se había consumado.

¡Ah, por último! El profesor Langdon regresó a Florencia y colocó furtivamente en el mismo lugar de donde la había sustraído La maschera di Dante.


De la manera en  que termina la obra de Brown presiento que su autor ha dejado el terreno preparado para una próxima entrega, que quizás trate sobre lo que harían los países para enfrentar el virus que ya se ha propagado. ¡Esperemos!